A través de un dispositivo médico 3D se generan imágenes tridimensionales faciales y corporales las cuales nos permiten realizar un análisis clínico exhaustivo de las condiciones de la calidad de la piel, así como, de los contornos corporales de nuestros pacientes, antes, durante y lo más importante después de nuestros tratamientos, permitiendo llevar un control de la evolución de los resultados, ya sea del rostro o del cuerpo que se derivarán de la aplicación de nuestras tecnologías.

Adicionalmente con este dispositivo realizamos simulaciones de los resultados que se podrían obtener.

De esta manera en nuestra clínica llevamos un control científico del envejecimiento cutáneo y de las condiciones corporales personalizadas de nuestros pacientes.